Historias

ZombieBus - Pueblo Espinal (VII)

El recién formado trío de sobrevivientes llenó sus bolsos con provisiones (en su mayoría dulces y chucherías) tan rápido como pudieron antes de dirigirse a una puerta trasera por la cual podían evitar entrar en combate con la pequeña horda de infectados. Alguna de las tablas que reforzaban las ventanas ya habían sido desprendidas por los golpes desmedidos que daban los infectados desde el lado externo; la puerta, a pesar de tener el peso de la nevera en contra, ya estaba a punto de ceder y darle la entrada a los desesperados come carne.

Los sobrevivientes entraron por una puerta que daba a un pequeño despacho, cerraron la puerta tras de sí y salieron por la que fuera la puerta trasera.

_ Debemos apresurarnos _ dijo Dave _ En unos segundos entrarán los infectados y no se detendrán hasta dar con nosotros.

Roger movió el sillón que se encontraba detrás de un escritorio con la ayuda de Karen y lo colocaron de manera que retrasara el paso a los infectados. Luego esperaron a que Dave diera un primer vistazo al exterior y ver que fuera seguro.

_ Bien _ dijo al fin _ parece despejado. Debemos correr hasta el final de esa calle y luego iremos por un callejón que está al girar a la derecha.

Abrieron la puerta y emprendieron la carrera. Veían constantemente hacia atrás, hacia la izquierda o la derecha; alertas ante cualquier indicio de peligro más allá del que estaban corriendo por estar tan expuestos. Llegaron al final de la calle y giraron a la derecha como lo había indicado Dave, pero cuando entraron en el callejón se toparon con un infectado que al verlos se lanzó a toda velocidad sobre ellos.

_ ¡Mierda! _ expresó Dave con terror.

_ Tranquilo _ dijo Karen _ es solo uno.

El muerto viviente quedó estampado contra una pared cuando Karen, aprovechando la  velocidad con la que venía, lo desvió de un empujón; luego, le enterró el cuchillo en la frente, neutralizando la amenaza por completo. Dave dirigió una mirada de extrañado a Roger y éste le respondió con un gesto de indiferencia y encogido de hombros.

_ ¿Ahora por dónde?_ preguntó Karen.

_ Ah, sí _ reaccionó Dave _ Síganme, ya estamos cerca.


Al cabo de unos minutos, Dave se detuvo y buscó entre un montón de basura un palo de madera con un gancho amarrado en una de sus puntas. Con esto, enganchó una escalera metálica que estaba sobre ellos y que daba a otra serie de escaleras de lo que parecía ser un complejo de apartamentos, haciendo que quedara al alcance de ellos para poder subir. Una vez arriba, Dave subió la escalera y descansó el palo en el suelo metálico que ahora pisaban.

_ Ya estamos a salvo por ahora, el refugio está unos tres pisos más arriba, allí podremos hablar con más calma.

Roger y Karen sacaron sus armas y le pidieron a Dave que siguiera adelante.


_ A menos que nos hayas tendido una trampa, no tienes de qué preocuparte _ dijo Roger _ es solo una precaución.

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