El recién formado trío de
sobrevivientes llenó sus bolsos con provisiones (en su mayoría dulces y chucherías)
tan rápido como pudieron antes de dirigirse a una puerta trasera por la cual
podían evitar entrar en combate con la pequeña horda de infectados. Alguna de
las tablas que reforzaban las ventanas ya habían sido desprendidas por los
golpes desmedidos que daban los infectados desde el lado externo; la puerta, a
pesar de tener el peso de la nevera en contra, ya estaba a punto de ceder y
darle la entrada a los desesperados come carne.
Los sobrevivientes entraron por
una puerta que daba a un pequeño despacho, cerraron la puerta tras de sí y
salieron por la que fuera la puerta trasera.
_ Debemos apresurarnos _ dijo
Dave _ En unos segundos entrarán los infectados y no se detendrán hasta dar con
nosotros.
Roger movió el sillón que se
encontraba detrás de un escritorio con la ayuda de Karen y lo colocaron de
manera que retrasara el paso a los infectados. Luego esperaron a que Dave diera
un primer vistazo al exterior y ver que fuera seguro.
_ Bien _ dijo al fin _ parece
despejado. Debemos correr hasta el final de esa calle y luego iremos por un
callejón que está al girar a la derecha.
Abrieron la puerta y emprendieron
la carrera. Veían constantemente hacia atrás, hacia la izquierda o la derecha;
alertas ante cualquier indicio de peligro más allá del que estaban corriendo
por estar tan expuestos. Llegaron al final de la calle y giraron a la derecha
como lo había indicado Dave, pero cuando entraron en el callejón se toparon con
un infectado que al verlos se lanzó a toda velocidad sobre ellos.
_ ¡Mierda! _ expresó Dave con
terror.
_ Tranquilo _ dijo Karen _ es solo
uno.
El muerto viviente quedó
estampado contra una pared cuando Karen, aprovechando la velocidad con la que venía, lo desvió de un
empujón; luego, le enterró el cuchillo en la frente, neutralizando la amenaza
por completo. Dave dirigió una mirada de extrañado a Roger y éste le respondió
con un gesto de indiferencia y encogido de hombros.
_ ¿Ahora por dónde?_ preguntó
Karen.
_ Ah, sí _ reaccionó Dave _
Síganme, ya estamos cerca.
Al cabo de unos minutos, Dave se
detuvo y buscó entre un montón de basura un palo de madera con un gancho
amarrado en una de sus puntas. Con esto, enganchó una escalera metálica que
estaba sobre ellos y que daba a otra serie de escaleras de lo que parecía ser un
complejo de apartamentos, haciendo que quedara al alcance de ellos para poder subir.
Una vez arriba, Dave subió la escalera y descansó el palo en el suelo metálico
que ahora pisaban.
_ Ya estamos a salvo por ahora, el
refugio está unos tres pisos más arriba, allí podremos hablar con más calma.
Roger y Karen sacaron sus armas y
le pidieron a Dave que siguiera adelante.
_ A menos que nos hayas tendido
una trampa, no tienes de qué preocuparte _ dijo Roger _ es solo una precaución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario