Historias

ZombieBus - Pueblo Espinal IX

_ ¿Cómo es que con todo lo que ha pasado en el mundo, te tomas a las personas con tanta ligereza? _ Le preguntó Karen a Roger, que bebía agua de un pequeño pote.

_ ¿Qué quieres decir con eso?

_ Allá en la estación de servicio no te maté porque creí que venías con un grupo. De no haberlo creído te hubiese disparado sin pensarlo dos veces; y en vez de matarme cuando tuviste la oportunidad, me forzaste a hacer un trato y me perdonaste la vida. Éste chico alertó a una horda de infectados intencionalmente para que nos comieran vivos y aún después nos apuntó con un arma; no sé si haya matado a una persona en el pasado, pero creo que fuimos afortunados de que el arma estuviera vacía. Y tú, en vez de dejar que le disparara, intercediste por él. Ahora, lo que no sé es si en realidad eres muy ingenuo o te tomas muy en serio lo de mantener al enemigo cerca.

_ Creo en las segundas oportunidades _ respondió sentándose en el mueble que estaba frente al sofá en el que se encontraba Karen _ y hasta ahora es por eso que seguimos con vida. Si te hubiera dejado matar a Dave ¿Crees que hubiésemos logrado escapar de esas cosas?... ¿Qué me dices de ti? Parece que te esfuerzas por reducir el número de vivos.

Karen se mostró turbada por la pregunta, desvió la mirada y respiró profundo. Se levantó del sofá y le dio la espalda a Roger para tomar su mochila, luego se volvió a él y lo miró fijamente.

_ Un día le darás una segunda oportunidad a la persona equivocada _ esbozó una sonrisa _ prometo que ese día no dejaré de decir: te lo dije.

Dave, que estaba en una de las habitaciones mientras Roger y Karen hablaban, entró a la sala con la mirada perdida y como aquél que se encuentra resignado ante una situación.

_ Lo estuve pensando, Roger _ dijo _ creo que no hay mejor opción que aceptar tu oferta. Pero… _ se mostró inseguro _ yo quisiera… me preguntaba si… tal vez mi hermana y yo podamos ir con ustedes hasta Serenity.

Roger miró a Karen y ésta le devolvió un gesto de indiferencia mientras abría una bolsa de chucherías que sacó de la mochila.

_ No hay problema, iremos todos. Pero primero debemos llegar a la entrada del pueblo sin que los infectados nos vean.

_ Puede que todavía estén rondando por las cercanías de la dulcería, pero conozco algunas calles que podríamos tomar para rodearlos… con suerte no nos encontraremos con uno de ellos.

Así lo convinieron, tomaron sus mochilas ya repletas de provisiones, cargaron las armas de fuego (incluyendo la de Dave) y cada uno llevó algún objeto afilado para defenderse sin hacer mucho ruido; Karen continuó con su cuchillo, Roger y Dave tomaron picas improvisadas con palos de escoba y cuchillos (cubiertos) adheridos con cinta.


Entonces se pusieron en marcha.

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