Historias

ZombieBus - Camino del Este (III)


Los colores del atardecer vestían al autobús cual mantos elegantes de un noble. Karen iba con los ojos cerrados, intentando quizá conciliar un sueño que nadie ha sido capaz de conciliar en mucho tiempo; pronto se resigna y se acomoda en su asiento con un suspiro de decepción a admirar el paisaje de la vía. Roger iba conduciendo mientras echaba un vistazo esporádicamente al mapa para asegurarse de estar en el kilómetro correcto en el que encontraría el desvío para llegar al primer pueblo que revisarían antes de adentrarse en la ciudad de Serena.

                _ Podrías apagar ya esa música… es deprimente _ dice Karen con fastidio.

                Roger apaga la música sin problemas excusándose de que esos discos han de ser los únicos que no se han deteriorado del todo con el tiempo. Lo que le siguió a eso fue un silencio ultra incómodo en el autobús; antes, Roger no había tenido esa clase de situación puesto que viajaba solo, pero ahora había otra persona a bordo del autobús la cual no conocía en lo absoluto.

                _ Y dime, Karen _ rompió el silencio _ ¿Cuál es tu historia? Es decir, antes de que los muertos vivientes se volvieran parte de la nuestra.

                Karen se incorporó, se levantó de su asiento, se acercó a Roger y se apoyó de los tubos que servían de agarraderas para los pasajeros que iban de pie.

                _ Antes de todo _ comenzó a decir Karen _ yo era la chef principal de un restaurante pequeño en Serena. Pequeño, pero de muy buena calidad, después de todo yo era la cocinera.

                _ Eso no es lo que me dijo el sándwich de tu mochila _ bromeó Roger.

                _ Ese sándwich tenía ya una semana en mi mochila, espero que te caiga mal _ contraatacó Karen _ Y mi cocina era muy buena, no por nada he logrado cuatro estrellas Michelin en lo que llevaba de carrera… aunque no es como que eso importe mucho ahora.

                _ ¿Quién sabe? Puede que encontremos algo bueno en este pueblo al que vamos, así podrás probar que tu historia es real.

                _ ¿Y qué hay de ti? Siendo honestos no pareces un conductor de autobús. ¿Qué eras, leñador?

                _ Para nada _ Roger no pudo evitar reír un poco _ solo soy un conductor de autobús al que le gustaba coleccionar armas. La mitad de esas que viste allá atrás de hecho son mías. Antes no era más que un pasatiempo; ya sabes, comprarlas, dispararlas, limpiarlas. Pero ahora podría decirse que rindió sus frutos.

                _ Si, supongo que sí.

                _ Me gusta conducir, es algo así como el capitán y su barco. En mi vida aprendí a conducir casi cualquier tipo de vehículos y mi amor por la mecánica me impulsaba a desarmar y armar las bellezas que conducía… como si fueran sólo juguetes.

                De esa manera continuaron conversando acerca de las cosas banales que hacían o dejaban de hacer en su antigua vida, era una forma eficaz de cortar con cualquier indicio de tensión o incomodidad.


                Tras un par de minutos, Roger tomó un desvío señalizado como: ESPINAL 5km

No hay comentarios:

Publicar un comentario