Roger suspiró y caminó hacia la
puerta sin chistar. Escuchó como su asaltante tomaba la escopeta y supo que
ahora le apuntaba con esa arma pues lo empujó hacia afuera de la estación con
ella.
_ Ahora, dile a tu gente que baje
del autobús, sin armas y con las manos en alto.
_ ¿Qué pretendes? _ preguntó
Roger.
_ Me llevaré el autobús… diles
que bajen o te volaré en pedazos.
_ Si, seguro… escucha. No somos
un grupo muy afectivo, estoy seguro que prefieren verme volar en pedazos antes
que entregar el autobús. Esa cosa es una fortaleza rodante _ Se dio la vuelta
con suavidad y pudo ver a su asaltante. No alcanzó a identificarle pues sólo
sus ojos se dejaban ver detrás de su encapuchada vestimenta _ Escúchame. Si me
matas, ellos bajaran del autobús y te asesinarán en cuestión de segundos por lo
que sea que puedas traer en esa mochila. Si me dejas ir con ellos, lo más
seguro es que decidan perseguirte de todas maneras.
El asaltante se mostró dubitativo
en la firmeza de su postura. Bajó la escopeta y sacó nuevamente la pistola.
_ Tengo más municiones de pistola
que de escopeta, sería un desperdicio gastarlas en ti.
_ No tienes que hacerlo. Puedo
prometerte que no saldrás vivo de este lugar si no bajas el arma y me escuchas
por un momento.
_ Habla _ dijo el asaltante
bajando el martillo de la pistola.
_ Tenemos que ir juntos hacia el
autobús… y quizá debas devolverme la escopeta.
_ Seguro ¿Acaso me crees imbécil?
_ No, no… piénsalo. Ellos ya me
vieron desarmado y con las manos en alto, tú te encargaste de eso. Ahora eres
una amenaza para sus ojos. En cambio, si ambos salimos y además yo llevo de
nuevo la escopeta, ellos sabrán que pactamos. Dejarás de ser un riesgo para
ellos.
El asaltante lo pensó durante
unos segundos. Sabía que Roger tenía razón, pero a la vez era demasiado
arriesgado ceder a su idea. Luego pensó que si de otra manera terminaría muerto
para el fin del día, entonces valía la pena intentarlo. Le extendió la escopeta
a Roger sin dejar de apuntarle con la pistola. Roger la tomó con ambas manos y
miró a su asaltante con sarcasmo.
_ ¿En serio crees que será
convincente si me vas apuntando a la cabeza hasta el autobús?_ El asaltante lo
pensó un poco, pero luego bajó el arma _ Así está mejor.
El asaltante siguió los primeros
dos pasos de Roger antes de verse noqueado por el golpe de la culata de su
escopeta.
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