Historias

ZombieBus - Estación de Servicio (II)


Roger suspiró y caminó hacia la puerta sin chistar. Escuchó como su asaltante tomaba la escopeta y supo que ahora le apuntaba con esa arma pues lo empujó hacia afuera de la estación con ella.
_ Ahora, dile a tu gente que baje del autobús, sin armas y con las manos en alto.

_ ¿Qué pretendes? _ preguntó Roger.

_ Me llevaré el autobús… diles que bajen o te volaré en pedazos.

_ Si, seguro… escucha. No somos un grupo muy afectivo, estoy seguro que prefieren verme volar en pedazos antes que entregar el autobús. Esa cosa es una fortaleza rodante _ Se dio la vuelta con suavidad y pudo ver a su asaltante. No alcanzó a identificarle pues sólo sus ojos se dejaban ver detrás de su encapuchada vestimenta _ Escúchame. Si me matas, ellos bajaran del autobús y te asesinarán en cuestión de segundos por lo que sea que puedas traer en esa mochila. Si me dejas ir con ellos, lo más seguro es que decidan perseguirte de todas maneras.

El asaltante se mostró dubitativo en la firmeza de su postura. Bajó la escopeta y sacó nuevamente la pistola.

_ Tengo más municiones de pistola que de escopeta, sería un desperdicio gastarlas en ti.

_ No tienes que hacerlo. Puedo prometerte que no saldrás vivo de este lugar si no bajas el arma y me escuchas por un momento.

_ Habla _ dijo el asaltante bajando el martillo de la pistola.

_ Tenemos que ir juntos hacia el autobús… y quizá debas devolverme la escopeta.

_ Seguro ¿Acaso me crees imbécil?

_ No, no… piénsalo. Ellos ya me vieron desarmado y con las manos en alto, tú te encargaste de eso. Ahora eres una amenaza para sus ojos. En cambio, si ambos salimos y además yo llevo de nuevo la escopeta, ellos sabrán que pactamos. Dejarás de ser un riesgo para ellos.

El asaltante lo pensó durante unos segundos. Sabía que Roger tenía razón, pero a la vez era demasiado arriesgado ceder a su idea. Luego pensó que si de otra manera terminaría muerto para el fin del día, entonces valía la pena intentarlo. Le extendió la escopeta a Roger sin dejar de apuntarle con la pistola. Roger la tomó con ambas manos y miró a su asaltante con sarcasmo.

_ ¿En serio crees que será convincente si me vas apuntando a la cabeza hasta el autobús?_ El asaltante lo pensó un poco, pero luego bajó el arma _ Así está mejor.


El asaltante siguió los primeros dos pasos de Roger antes de verse noqueado por el golpe de la culata de su escopeta.

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